Podcast: Ser o Estar

El español es un idioma muy rico y lleno de curiosidades. A menudo, las personas que quieren aprenderlo se confunden con los usos del verbo ser y estar. Y es que existen adjetivos que cambian mucho dependiendo del verbo con el que se utilicen. No es lo mismo ser frio que estar frío. Ser una persona fría significa no tener sentimientos, ser un insensible. Mientras que estar frio puede significar que su temperatura corporal es baja.

Así mismo, una persona puede estar fea en un momento determinado, ya sea porque no se haya vestido o peinado de forma apropiada, mientras que alguien que es feo es porque nació así, esa es su genética y no hay forma de cambiarlo. Hay un dicho español que dice: “aunque la mona se vista de seda, mona se queda”. Significa que, aunque una persona que es fea se intente vestir o peinar muy bien, no puede cambiar el hecho de su limitada belleza física.

Así mismo ocurre con la palabra borracho. Todos hemos podido haber estado borrachos alguna vez, lo que no significa que todos seamos unos borrachos. Estar borracho significa que previamente y de forma puntual, has bebido un par de copas de más. Pero si alguien habla de ti y dice que eres un borracho es que de veras tienes un problema con el alcohol y es un mal hábito o una adicción.

Estar enfermo significa que has contraído algún tipo de enfermedad, mientras que ser un enfermo denota que tienes algún problema de salud irremediable, especialmente a nivel mental.

En términos generales, se podría decir que el uso del verbo SER denota una identidad, algo que es así siempre y no cambia, algo inamovible. Mientras que el verbo estar suele denotar más una circunstancia que se puede cambiar o que puede ocurrir en momentos puntuales. No obstante, esto no siempre es así, también existen excepciones.

Por ejemplo, yo puedo decir, soy Daniel, soy español, soy un hombre. Estos son atributos de nacimiento, de identidad que en principio no se suelen cambiar. Pero también puedo decir que yo soy demócrata, o socialista, o liberal, o ateo, cristiano, budista, etc. Éstos también podrían denotar identidad, pero en este caso no tan inamovibles como en el ejemplo anterior, ya que uno puede cambiar de idea política con el paso de los años e incluso convertirse a una nueva religión. Uno de los casos más paradigmáticos es el de la profesión. Aunque tu trabajo no defina quién eres, también se dice: soy camionero, soy bombero, soy psiquiatra, etcétera. Por otro lado, si no tienes empleo, puedes decir, estoy parado o estoy en paro. También puedo decir que mi tío Juan es buen cocinero, simplemente porque sus dotes culinarias sean excelentes y no porque esa sea su profesión.

En el caso del verbo estar, cuando no nos referimos a personas si no a cosas, también podría tener un uso similar. Yo puedo decir que mi mesa es verde y está en mi salón. A no ser que yo pinte mi mesa de otro color, mi mesa sigue siendo siempre del mismo color y es un atributo que va prácticamente unido a ella. Por otro lado, yo siempre puedo cambiar mi mesa de lugar y ponerla en otra habitación. Así que para la ubicación se usa el verbo estar.

Yo también puedo decir que soy Español pero estoy en Francia, si eventualmente estoy viajando o residiendo en otro lugar. Mi identidad nacional no ha cambiado y la sigo expresando con el verbo ser, pero mi ubicación actual que es algo circunstancial y puede que incluso temporal, puede ser cualquier otro lugar, por eso utilizo el verbo estar.

La comida está rica cuando su sabor es bueno. Las emociones las solemos expresar con el verbo estar, ya que son cambiantes. Yo puedo estar feliz, o puedo decir que estoy triste, o en cierto momento puedo llegar a estar enfadado. Aunque también podría decir que yo soy feliz, pero nunca, bajo ningún concepto diría que soy triste o soy enfadado.

Volviendo al caso de la ubicación, hay una pequeña excepción que es la localización de eventos que ocurren puntualmente. Podemos decir: “¿dónde es la fiesta?”, ”¿ dónde es el concierto?”, “¿dónde es el partido de fútbol?”, “la reunión es en la sala de juntas”, etcétera. Pongamos otro ejemplo. La fiesta es en casa de Carlos, pero la casa de Carlos está en la calle número 15.

Como ves, existen ciertas directrices sobre el uso de los verbos ser y estar, no obstante, es algo que se suele aprender más por la práctica y la repetición que basándonos en reglas pre-determinadas. Por eso te invito a que sigas escuchando estos podcasts de iAmigo School, así como viendo películas, escuchando canciones y programas de todo tipo en español. Pero también teniendo conversación con amigos o amigas hispanohablantes, porque esa será la forma con la cual te sentirás cada vez más cómodo o cómoda eligiendo los verbos que deben usarse en cada situación.

Espero, una vez más, haberte sido de gran ayuda y nos vemos en el próximo podcast.